No solo de caviar vive el hombre
Cuando tenía diez y ocho años, me encantaban las novelas de espías. Uno de mis descubrimientos personales a través de la extinta Editorial Bruguera fue Johannes Mario Simmel, autor de múltiples novelas con ese tema. La que más me gustó y en la que más aprendí fue, No sólo de caviar vive el hombre. Por ejemplo aprendí que la lechuga debe lavarse con agua a la que previamente se le ha quitado un poco la frialdad y que debe secarse o escurrirse antes de aliñarla. ¿Y cómo es posible que en una novela de espías uno aprenda cosas dignas de un programa de Argiñano? Sencillo, el protagonista Thomas Lieven es obligado a trabajar para nueve servicios secretos diferentes, icluyendo a la Gestapo. Lieven odia la guerra y lo que decide hacer es trabajar para todos pasando información falsa intentando que nadie salga dañado. Todas sus peripecias son precedidas o seguidas de una cena o comida de la que se encarga personalmente. He probado algunas, todas deliciosas. Animaos a leer y a disfrutar de la buena comida. El libro está agotado ( He descubierto que tengo una joya con la edición que se ve en la foto), pero se consigue en Internet en páginas de libros usados.
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