Todo está en los libros

domingo, 21 de septiembre de 2008

La ingenua libertina


Esta novela de Colette fue la segunda y última prohibición de mi padre (¿Había dicho ya que se llamaba Rafael?) en lo referente a mis lecturas. Yo estaba ojeando el libro en un sillón, éll vino, me preguntó que leía y al contestarle, simplemente me quitó el libro y me dijo que no tenía edad suficiente para entenderlo. Se lo llevó y lo escondió, sin saber dos cosas: una que le vi dónde lo guardaba y otra que había despertado en mí la pasión por lo prohibido. Esperé y esperé, creo que incluso alguna temporada llegué a olvidarme del libro. Un día debido a un problema que no resultó ser grave, una ambulancia vino para llevar a mi padre al hospital. Yo desde la ventana, vi cómo lo metían dentro, le saludé con la mano, le eché un beso. Según vi arrancar la ambulacia corrí al escondite saqué el libro y lo leí de un tirón. Es cierto lo que él décia, no pude entenderlo, pero me sentí extraña. Sólo mucho después entendí por qué. A través de La ingenua libertina llegúe a la autora, una mujer fascinante y polifacética que pese a no ser bien entendida en sus comienzos por una crítica machista, se convirtió en uno de los personajes más importantes de las letras francesas durante cincuenta años. Para ilustrar el post , antes que la portada de su libro prefiero una foto, y antes que colocar la de una mujer de mediana edad con gafas de montura oscura y pelo entrecano, prefiero la de la bailarina de music hall, sin duda a ella le hibera gustado más.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio